El análisis de heces es una prueba diagnóstica utilizada para detectar la presencia de diversas enfermedades y afecciones, ya que proporciona información sobre la salud del tracto gastrointestinal de un individuo. La prueba consiste en examinar muestras de heces para determinar si existe alguna enfermedad o trastorno en el tracto gastrointestinal. También se conoce como examen fecal.

La prueba se realiza a petición del médico si sospecha que el paciente tiene algún problema en el aparato digestivo. Normalmente, la muestra se recoge en la intimidad del hogar, con un pequeño bastoncito que se coloca en un envase estéril y se envía a un laboratorio para su análisis. Las muestras que se deben recoger suelen ser muy pequeñas.

¿Qué puede detectar el análisis de heces? 

El análisis de heces puede ayudar a detectar muchos tipos diferentes de enfermedades, como enfermedades diarreicas infecciosas, enfermedades inflamatorias intestinales (EII), síndromes de malabsorción y otras. Algunos ejemplos son:

  • Las infecciones por Salmonella, Shigella, Campylobacter, Giardia lamblia, Clostridium difficile y Helicobacter pylori
  • La enfermedad de Crohn
  • La colitis ulcerosa
  • La celiaquía
  • La insuficiencia pancreática
  • La fibrosis quística
  • Los trastornos metabólicos
  • La cirrosis hepática
  • El cáncer de colon
  • Las fisuras anales
  • Los pólipos rectales

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También puede proporcionar información valiosa sobre deficiencias nutricionales, como la carencia de hierro o vitamina B12. Otras pruebas que pueden incluirse son los análisis de sangre oculta en heces, lo que podría indicar cáncer de colon u otros problemas intestinales, como hemorragias intestinales por hemorroides o enfermedad inflamatoria intestinal.

El análisis de heces es una valiosa herramienta de diagnóstico, ya que algunas de estas enfermedades pueden no presentar síntomas evidentes hasta que están lo suficientemente avanzadas como para causar problemas graves.