El apéndice, o apéndice vermicular, es un pequeño órgano unido al inicio del colon, cuya función dentro del organismo humano todavía no ha sido completamente constatada. No obstante, a pesar de su aparente poca relevancia, el apéndice es el lugar donde se origina una complicación bastante conocida y común entre la población: la apendicitis.
¿En qué consiste la apendicitis?
La apendicitis es una enfermedad que habitualmente suele aparecer en pacientes jóvenes y en adolescentes, aunque también puede darse en adultos.
En sí, la apendicitis no es otra cosa que la inflamación del apéndice, una estructura de unos 8 centímetros en adultos, que se encuentra localizada en la zona inicial del intestino grueso. Cuando esto ocurre, quien la padece sufre dolor abdominal de forma repentina e intensa y necesita, por lo general, una pequeña intervención quirúrgica para acabar con el problema.
Aun así, la apendicitis no es una enfermedad extremadamente peligrosa, aunque sí puede acarrear una serie de complicaciones, además de provocar mucho dolor y malestar.
Cuando una persona acude al médico aquejada de dolor en esa zona, los facultativos suelen comprobar si es o no apendicitis mediante diferentes pruebas: análisis de sangre, análisis de orina, palpación de la zona abdominal y detección del dolor, ecografía, etc.En caso de diagnóstico positivo, la resolución de la apendicitis requiere una rápida actuación, que suele consistir en una operación para extirpar el apéndice.
Los síntomas de la apendicitis
Lo esencial para diagnosticar y tratar correctamente una apendicitis es percatarse lo más rápido posible de que existe un problema y acudir al médico con celeridad, acción fundamental para evitar que la enfermedad pueda evolucionar y provocar una peritonitis.
Para ello, es necesario conocer los síntomas que acompañan a este trastorno y qué características presentan:
- El principal indicador de que se padece la enfermedad es el dolor abdominal.
- Se trata de un dolor intenso y constante, que se centra en la parte inferior derecha del abdomen (donde queda situado el apéndice).
- Este dolor puede presentarse acompañado de inflamación y sensibilidad en la zona.
- A menudo, el dolor aparece junto con una sensación general de malestar, con vómitos, fiebre, pérdida del apetito y diarrea.
- En algunas ocasiones, además, pueden darse casos de estreñimiento e imposibilidad de expulsar gases.
¿Qué provoca la apendicitis?
Aunque no está completamente demostrado, algunas investigaciones apuntan a que la causa de la apendicitis podría ser una obstrucción en el recubrimiento del apéndice. Esa obstrucción sería el origen de la infección e inflamación de la zona.
Se trata de un problema impredecible, por lo que, en materia de prevención, no existen demasiadas opciones. El único recurso útil para gestionar la apendicitis es aprender a detectarla para poder ponerle remedio rápidamente. Para ello es esencial conocer la enfermedad, sus síntomas y cómo se desarrolla.
A su vez, la propia apendicitis puede ser la causa de una complicación mayor, denominada peritonitis. Esto ocurre cuando el apéndice se abre y la infección se extiende a la zona del peritoneo, diseminando la infección. Los síntomas de la peritonitis son similares a los de la apendicitis, pero las consecuencias son más graves, ya que se pueden producir fallos en el organismo que, en el peor de los casos, pueden conducir a la muerte. En caso de peritonitis es necesaria una intervención quirúrgica de manera muy urgente.
Solución quirúrgica
La única solución para tratar la apendicitis es practicar una operación, que se realiza con el paciente bajo anestesia general. El procedimiento, denominado apendicectomía, consiste en hacer una pequeña incisión en la zona del abdomen, donde se ubica el apéndice, extraerlo y realizar un drenaje del área afectada (si hay presencia de pus o restos de la infección).
Una vez finalizada la intervención, se considera que la persona está completamente recuperada tras aproximadamente una semana de reposo. La actividad física se irá recuperando de forma gradual y se deberá reintroducir progresivamente la dieta normal. No obstante, el regreso a una actividad física intensa con total normalidad puede tardar algo más de un mes.
Para paliar los efectos de un ataque de apendicitis es imprescindible conocer bien sus síntomas en el momento en que tienen lugar. Si se identifica el problema, no se debe tomar medicación por cuenta propia (analgésicos, antiinflamatorios, etc.), sino acudir lo antes posible al médico para ser examinado.
Dra. Claudia Pueyo
Directora Médica Adjunta Centro Médico Atlàntida