Lipedema, una enfermedad infravalorada

Muchas veces, la enfermedad de lipedema pasa desapercibida. Se trata de una patología que afecta, mayoritariamente, a mujeres y se caracteriza por el depósito anormal de tejido adiposo subcutáneo. Es decir, la acumulación de grasa de forma localizada, por lo que, en muchas ocasiones, se confunde con problemas de obesidad.

El lipedema es una de aquellas enfermedades infravaloradas. Es crónica y progresiva, y puede provocar una discapacidad considerable. Se debe al depósito anómalo de grasa en el tejido subcutáneo y provoca un aumento desproporcionado del volumen. Acostumbra a afectar las extremidades inferiores (piernas, muslos, caderas), pero también la podemos ver en los brazos. No se conocen sus causas, aunque está relacionada con cambios microvasculares y linfáticos, y con elementos genéticos y hormonales.

Generalmente, es una enfermedad que afecta mucho más a las mujeres, sobre todo durante periodos de cambios hormonales, como la pubertad o la menopausia. De hecho, se calcula que entre el 5% y el 10% de mujeres adultas padece distintos grados de lipedema.

 

No es lo mismo que la obesidad

Como las personas con lipedema padecen un aumento desmesurado de las extremidades inferiores debido a la distribución anormal de la grasa subcutánea, esta patología se puede diagnosticar erróneamente como obesidad, en algunos casos. La principal diferencia es que el aumento de grasa en los pacientes con lipedema está localizado, mientras que en la obesidad se produce de forma uniforme en todo el cuerpo.

Las personas con esta enfermedad crónica y progresiva, que también se conoce como el síndrome doloroso de la grasa, pueden padecer problemas tanto físicos como psicológicos. A veces llega a dificultar las actividades básicas diarias. Por eso, es importante detectarla cuanto antes, para que el paciente tenga mayores opciones a la hora de controlarla.

 

Estos son los síntomas del lipedema

  • Acumulaciones de grasa localizada
  • Sensación de pesadez en las extremidades afectadas
  • Hormigueo localizado
  • Dificultad y/o dolor al permanecer de pie
  • Dolor al presionar los tejidos afectados
  • Formación de piel de naranja
  • Formación de hematomas espontáneos

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Etapas de la enfermedad

Existen varios estadios del lipedema. Los más avanzados pueden dar lugar a nuevas patologías y dificultan algunas acciones sencillas, como caminar. También generan problemas estéticos que afectan a la autoestima de las personas.

El lipedema se clasifica en cuatro etapas:

  • Estadio 1: En esta etapa, la apariencia de la piel es normal, pero al tocarla se sienten pequeños nódulos de grasa, que están potencialmente asociados con dolor.
  • Estadio 2: La superficie cutánea es desigual. Aparece la piel de naranja y los nódulos de grasa tienen ya el tamaño de una nuez, incluso de una manzana.
  • Estadio 3: Los nódulos de grasa aún son más grandes y provocan una pérdida de elasticidad. Los pacientes en esta etapa pueden tener problemas de articulaciones, y ver afectada su movilidad y equilibrio.
  • Estadio 4: Se trata de la clasificación del lipedema asociado con linfedema, también denominado lipolinfedema.

 

¿Se puede tratar?

Actualmente, no existe una cura total para esta enfermedad. Pero sí se puede mantener de forma controlada, con un tratamiento conservador y multidisciplinar. La primera recomendación a la hora de tratar un paciente con lipedema es adquirir nuevos hábitos saludables. El objetivo de este tratamiento conservador es aliviar los síntomas.

Se aconseja un asesoramiento dietético y control de peso, hacer ejercicio físico a diario, terapia de compresión o drenajes linfáticos manuales, además de asistir a terapia psicosocial y aprender herramientas de autocuidado.

En resumen, las principales recomendaciones que deben seguir los pacientes con lipedema son:

  • Caminar diariamente
  • Realizar ejercicio físico de forma continuada, sobre todo deportes acuáticos de bajo impacto
  • Usar medias de compresión
  • Realizar masajes de drenaje linfático manual
  • Acudir a un nutricionista
  • Seguir una dieta sana, evitando las grasas saturadas y el azúcar
  • Hidratarse correctamente

 

Operación de lipedema

Cuando los síntomas persisten y el lipedema afecta la calidad de vida del paciente, se puede recurrir a una intervención quirúrgica para eliminar la acumulación de grasa. Son procedimientos que se realizan bajo anestesia general y requieren la hospitalización del paciente.

Esta operación permite eliminar la grasa aliviando la presión que sufren las zonas afectadas por esta enfermedad. A través de pequeñas incisiones, los cirujanos pueden ir extrayendo la grasa corporal de la zona afectada de manera segura y poco agresiva. No obstante, con la cirugía no se asegura que la grasa no vuelva a aparecer.

 

Dr. Clàudia Pueyo
Centre Mèdic Atlàntida