Una actividad ancestral que no pasa de moda
La jardinería y horticultura han sido siempre una actividad a la cual muchas personas han dedicado parte de su ocio. El gran interés que genera este hobbie puede estar muy relacionado con la gran cantidad de beneficios que proporciona a las personas que lo practican, el más evidente de todos es la relajación que nos proporciona, hasta el punto de que hace más de 50 años que se habla de la terapia hortícola.
Además de ayudarnos a aliviar tensiones del día a día, cuidar de nuestras plantas nos proporciona un efecto psicológico muy positivo en diversas problemáticas como el estrés, la ansiedad y la depresión.
Existen numerosos autores que defienden las ventajas y beneficios para la salud física y mental respecto a la práctica cotidiana del cuidado de plantas. Además esta afición no es difícil de realizar, puesto que se puede llevar a cabo en jardines y huertos, pero también en terrazas y balcones, e incluso en interiores. Solo es cuestión de elegir el tipo de plantas adecuado y adquirir unos pocos conocimientos sobre el cuidado de las mismas.
Tal como escribe Inma Peña Fuciños, experta en Terapia Hortícola, “La horticultura como terapia y como instrumento educativo y socializador, con entidad propia y diferenciadora, tiene desde hace más de medio siglo una amplia implantación y reconocimiento en países como Reino Unido, Irlanda, Alemania, Canadá, Estados Unidos”. Esta autora afirma que el cultivo de plantas beneficia de forma clara a nuestra salud mental y física, porque puede producir cambios fisiológicos que mejoran el funcionamiento de nuestro organismo.
Cuidar de las plantas aporta beneficios
- Las actividades al aire libre aprovechan la luz solar, y esta aumenta los niveles de endorfinas en nuestro organismo por lo que produce efectos muy positivos sobre el estado de ánimo. Esto es en general positivo para cualquier persona, y especialmente. para personas con problemas de depresión.
- Cuando cuidamos de nuestras plantas realizamos una serie de acciones como, regar, podar, sembrar que nos ayudan habitualmente a desconectar de pensamientos negativos y nos concentramos en lo que estamos haciendo que nos resulta placentero.
- Ver crecer nuestras plantas y cultivos nos produce una gran satisfacción dado que nos permite ver como con nuestra dedicación obtenemos unos resultados que dan vida, y este tipo de actividades aumentan nuestra autoestima.
- Es una actividad que podemos hacer solos, y también podemos compartirla con nuestra familia y amigos con los que compartamos esta afición. Esto nos permite disfrutar de momentos en soledad, pero también socializar con otras personas.
- Para los niños puede ser muy positivo porque nos proporciona múltiples posibilidades de disfrutar de un entorno de ocio que nos ayuda a educar en el respeto a la naturaleza, mejorar hábitos alimenticios, conocimiento de los procesos de los seres vivos…
- Dedicar unas horas semanales al cuidado de nuestro balcón, jardín o huerto doméstico nos enseña a organizar nuestro horario en función de las necesidades de las plantas y de nuestra disponibilidad de tiempo. Esto es muy positivo porque con el tiempo nos ayuda a estructurar y a priorizar, lo cual es muy necesario en general para la vida de las personas.
Bueno, bonito y barato
La jardinería y la horticultura nos proporciona como hemos visto gran número de beneficios, y al mismo tiempo no es una actividad que nos exija grandes conocimiento ni esfuerzos, y tampoco tiene porque suponer un gasto económico importante.
Como todo en la vida, para dominar esta actividad es necesario adquirir conocimientos que cuando empezamos a dedicarnos a la jardinería no tenemos. Pero existen multitud de publicaciones, videotutoriales, cursos que nos puede ser muy útil en los inicios de nuestra afición.
Por otro lado, no es necesario contar con un gran jardín o una importante extensión de huerto para poder disfrutar con el cuidado de plantas. Es una afición que se puede adecuar a las posibilidades de cada persona y espacio vital. Podemos tener unas cuantas macetas en nuestro balcón o dentro de casa, y si disponemos de jardín o terraza lo aprovecharemos también según sean nuestros conocimientos y tiempo libre.
Podemos adquirir algunas plantas y semillas para empezar y luego existen diferentes especies que nos permiten reproducirlas a través de esquejes o nuevas plantas crecidas de las que ya teníamos.
Finalmente estamos ante una actividad de tiempo libre a través de la cual generamos una gran belleza desde el punto de vista estético, y que nos da mucho juego también en aspectos de decoración de nuestro entorno.
Si con todo esto no os hemos acabado de animar, como argumento final nos gustaría acabar con una reflexión medioambiental. Las plantas son las primeras responsables de la vida en nuestro planeta, sin ellas no serian posibles el resto de las especies animales. Además cultivando plantas estamos ayudando a generar oxigeno y a eliminar dióxido de carbono, dos aspectos que en los tiempos que corren son muy de agradecer.
Enrique Gómez Prieto. Psicólogo